martes, 9 de abril de 2013

Todo Lo Que Deberías Saber Sobre Salud Mental Infantil


Todo Lo Que Deberías Saber Sobre Salud Mental Infantil
Diagnosticar a tiempo una enfermedad o trastorno de salud mental a un niño es muy importante para dar atención psicoterapéutica y de acompañamiento y evitar que la situación se agrave y pueda complicarse en el futuro.

Que un niño esté en la escuela sin comunicarse durante las horas lectivas con nadie aunque saque buenos resultados en las evaluaciones o que tenga dolores de cabeza presistents, problemas con la alimentación o que le cueste relacionarse con los amigos o no pueda concentrarse son algunos de los síntomas indicadores de que algo falla en la vida emocional de estos niños. Muchas veces, se da poca importancia a estos malestares de los niños y adolescentes y se cae en el error de creer que se trata de un comportamiento temporal que con el tiempo desaparecerá.

La psicóloga y directora del Instituto de la Infancia, Verónica Bronstein, explica que "estas situaciones que inicialmente se pueden interpretar que forman parte de la vida pueden en muchos casos formar parte de un trastorno más complejo". La salud mental infantil es muy amplia e incluye desde trastornos alimentarios, de actitudes, mutismo, autismo, depresión, trastornos de conducta, ansiedad, déficit de atención, hiperactividad, violencia, dificultades en la sociabilidad, fobias, dislexia, o el 'enuresis (el trastorno que provoca la orina de forma involuntaria), entre otros.

Es un fenómeno muy presente en la sociedad actual que siempre ha existido pero que según los expertos, recientemente con los cambios sociales y también con la situación de crisis que viven muchas familias, aumenta. Bronstein lo ejemplifica con hechos cotidianos como que los niños se pasan 8 o más horas en la escuela y comienzan la lectoescritura a los 4 años, cuando en muchas ocasiones no están preparados. Cambios que se ven agravados con la crisis económica de muchas familias, que "inevitablemente repercuten al comportamiento de los niños". Una serie de condiciones que sumadas a la falta de recursos de personal cualificado, genera peligro en la educación y la salud mental de los niños y niñas.

Conseguir un diagnóstico precoz La detección a tiempo de este tipo de trastornos es clave a la hora de seguir un tratamiento concreto y evitar que pueda desenvocar en un trastorno de mayor gravedad. Por eso, tiene especial importancia la labor del personal docente, que pasa muchas horas con los alumnos y los conoce. La directora del CEIP Gerbert de Aurillac, Anna M. Fitó, explica que los maestros deben informar a la familia de cualquier indicador que vea anormal en el niño y de su evolución. Fitó admite que esta tarea "a veces se hace difícil porque lo que explicas a la familia les cuesta reconocer", pero hace especial hincapié en que para los docentes es muy importante conocer la situación que se vive en casa para saber cuáles son los posibles motivos de las actitudes de los alumnos.

Sin embargo, el diagnóstico y su tratamiento con pautas a seguir tanto en la escuela como en casa las deben hacer los psicólogos y profesionales correspondientes, un colectivo cada vez más minoritario por la falta de recursos ya que la sanidad pública está saturada y en muchas ocasiones sólo se puede hacer cargo de los casos más graves. En este sentido Bronstein afirma que "los adultos suelen preocuparse más por los niños que se mueven mucho, los que pegan o los que son más impulsivos aunque el nivel de malestar psíquico puede ser tanto o más preocupante en los niños que presentan inhibiciones o que no manifiestan su malestar hacia el exteriror ". Por ello, además de tener diagnosis de la situación es necesario un trabajo regular y constante que ayude al niño o niña a conocer su problema, a aceptarlo ya buscar las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida. De hecho, son numerosos los estudios que advierten que si no se sigue un tratamiento, las consecuencias de depresión posteriores pueden ser más graves a los niños y adolescentes.

Por ello, recomiendan un seguimiento de atención psicológica en los casos más leves y concretan que hay que hacer uso de la medicina cuando sea necesario, pero siempre con un acompañamiento psicoterapéutico. Anna M. Fitó, Directora Gerbert de Aurillac Un niño o una niña con un buen diagnóstico y un tratamiento pautado epecialment por él, para la familia y por la escuela, suele tener muy buen futuro. Por ello, en estos casos tanto los maestros como la familia deberíamos confiar en los terapeutas y los expertos y hacer un trabajo en red para conseguir unos buenos resultados con los niños. Ellos son los conocedores y los evaluadores del proceso del niño. Ah! Pero para ello necesitan tiempo para atenderlos en condiciones y tiempo para la comunicación con las escuelas y el trabajo con la familia. Por la salud de toda la sociedad creo que es muy importante disponer de buenos equipos de salud mental en la sanidad pública con dedicación completa a atender estas necesidades de los niños y niñas de nuestra sociedad.

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